Donde los cortes de luz son frecuentes, la energía eléctrica se convierte en una ventaja competitiva.
Los vendedores de pizza de nylon y "especial" de pan con timba no sufren el tambaleo. El poste carraspea al venir luz. Y saca un "pinga... ¡cojones!" de la boca de los vecinos cuando se va de nuevo.
La idea es no depender de la electricidad. O tener cosas que hacer en ausencia de ella. Cortarse las uñas, comerse las uñas, depilarse las uñas. O inferir el radio del apagón mediante el 188-88, indicándole a la operadora direcciones inmediatas a través de cualquier método de adyacencias.
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