iPatria

¿Quince mil píxeles por hora? A ese ritmo pisarás el otro extremo de la isla. Atraerás el grafiti que pueda deslizar su tinta sin fracturar las paredes. Te acusarán de silencio. Serás el artista que decida acogerse a las especificaciones descritas en la constitución RFC que mejor te parezca.

Lienzos de cancillería. ¿Cuán rápido estamos moviéndonos? Puerto 21, 23, 80. Patria chica para interconectar este con oeste, izquierda con derecha.

Si podemos rellenar un formulario con nuestro perfil y digitalizar nuestros pensamientos, ¿quiénes somos en realidad? El deseo de proyectarnos a través de un avatar sobre el espacio que creamos refrena el ansia de ajustarnos al mundo que mejor conocemos.

Joselillo esculpe el mármol en busca de epitafios. Pepe vende viandas fracturadas. Manolo González realiza de lunes a miércoles examen bioenergético.

Nadie quiere morir. Ni en iPatria vivir. Nec mortale sonans, su voz no suena como la de un mortal. Pues cuando se te duermen los pies recae sobre ellos todo el peso del mundo.

El Malecón ya no luce probre. El borde del abismo que puedes mojar con tus dedos. Running to the edge of the world, pues los que redactan sus muros desearían bojearlo. Y cubrir el terreno sumergido todos estos años. Par pro pari referre, iPatria mía. Replicar igual por igual en el sentido de pagar justo con la misma moneda. Soñar que se te vienen restos de edificios encima. Y despertar en Centro Habana pixelada. Rodeada de Cerro y Habana Vieja.