Íbamos a preparar un té, ¿recuerdas? Los tranvías pueden depositar su fe en que los herreros lleguen a tiempo.
Si le echas azúcar antes de que hierva, puede que te quede un poco más dulce. Raíl encendido que quema de envidia el asfalto. Porque el viajero en La Habana necesita retornar a los tiempos del vapor y el hierro, antes de que las gotas de tila le corten el paso.
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