Ningún servidor de Internet registró mis huellas durante los tres últimos días de junio de 2009. Como si mis dedos se hubiesen borrado.
Estar offline es de mal gusto. Ni a quienes lo provocan se le debe desear tal suerte. Los pobres, ajenos a que nuestro destino ya no diverge de los límites del ciberespacio.
3 notas:
Sí, estamos hyper conectados, adictivos a esas corrientes de ceros y uno que parecen efluvios divinos. No nos estaremos transformado en zombies de la tecno-información?
En zombies que no temen desmitificar los malos vocablos de nuestra lengua, que pasan lentamente a formar parte también de nuestra jerga virtual.
Estar conectado sólo a tu localhost tiene sus ventajas.
No tienes que andar por ahí con casco.
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