Olvidaos de los antiguos chavales callejeros tiznados de hollín que venden baratijas, te limpian los zapatos o usan sus pequeñas manos para robar la cartera al incauto turista. Todo eso ya pasó de moda.
Charles Dickens se ha modernizado. Y ahora los niños trabajan en un mundo de fantasía electrónica bajo la apariencia de guerreros, magos, elfos y demás personajes arquetípicos de los juegos de rol.
Gold farming
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